Crítica de la miniserie La última noche en Tremor, adaptación de la novela de Mikel Santiago de Oriol Paulo para Netflix, con Javier Rey y Ana Polvorosa como protagonistas. Estreno el 25 de octubre.
Hacía tiempo que Netflix no lanzaba un proyecto de producción propia tan redondo y bien apuntalado como La última noche en Tremor. No nos referimos solo al plano visual, sino también a la banda sonora de un Fernando Velázquez que nos lleva por los diferentes pasajes de la historia con sus composiciones: del romance al misterio, de la revelación a la calma.
La novela de Mikel Santiago salta a la pequeña pantalla de la mano de la plataforma de streaming teniendo como creador a Oriol Paulo, que previamente había servido otras dos adaptaciones que concitaron el interés de la audiencia como El inocente y Los renglones torcidos de dios.
Introduce numerosos cambios, como la nacionalidad de los personajes y sus nombres o las localizaciones en las que sucede la acción, que se traslada de la costa irlandesa a la cantábrica en la ficticia ubicación de Tremor (que nada tiene que ver con las poblaciones del Bierzo), pero se mantienen las atmósferas y las ominosas sensaciones de amenaza.
En otras palabras, el mismo impulso irrefrenable de pasar las páginas para llegar a la conclusión se traslada al visionado de los episodios, ocho en total, que se lanzan en un paquete el viernes 25 de octubre. Y... ¡cuidado! Esta vez la maratón puede ser especialmente dura dado que los episodios son muy largos: más de uno alcanza los 80 minutos de duración.
La tormenta que lo cambiará todo
Álex es un hombre castigado por la vida: a pesar de haber cosechado un enorme éxito con su carrera de pianista y compositor de bandas sonoras de películas, se siente estancado a nivel creativo a lo que tiene que sumar un divorcio poco amigable que le ha hecho afincarse lejos de todo... incluso de sus hijos, a los que tanto quiere y echa de menos.
Tremor es el lugar que escoge para recuperar la inspiración y la ilusión por vivir. Se muda a una recóndita casa en la que se alojó antes un ornitólogo con una única vivienda cercana: la de Leo y María, un matrimonio singular, que también busca la tranquilidad y el descanso que proporciona la zona.

Poco tiempo después de llegar, Álex conoce a Judy, una mujer marcada por un pasado doloroso que le abre sus brazos y con quien conecta al instante. Sin embargo, nada será fácil en el camino de Álex. Una noche se desata una tormenta eléctrica que lo alcanza y recorre su cuerpo, haciéndole perder el sentido de la realidad.
A partir de ese momento comenzará a padecer unas terribles visiones en forma de sueños lúcidos en las que ve con impotencia cómo sus vecinos y todos sus seres queridos son brutalmente asesinados. Su comportamiento, desbocado, hará que indague en su relación con su madre, que decía tener un "instinto" para predecir el futuro. ¿Lo ha heredado de ella? ¿Es un don o una maldición?

El acabado de La última noche en Tremor es impecable con una cuidadísima puesta en escena que hace que sea creíble que lluevan peces o se produzcan tiroteos y eso es gracias a un presupuesto lo suficientemente abultado para conseguir volar alto y a un reparto que se esfuerza al máximo, encabezado por Javier Rey (La mujer dormida) y Ana Polvorosa (Tú también lo harías).
El formato de la serie, por otra parte, es bastante inusual: cada episodio es prácticamente una película en sí mismo y, aunque hay alguno que se centran en larguísimos flashbacks explicativos, la serie no se hace pesada ni aporta información baladí: es necesario conocer todo ese trasfondo para poder comprender qué lleva al protagonista hasta Tremor y cómo se siente.
No es menos cierto que da muchas vueltas sobre sí misma, repitiendo a menudo la "gran pesadilla final", aunque consigue sembrar el misterio de tal manera que es casi imposible que decaiga la atención.
En este punto es importante subrayar la importancia de la banda sonora que tiene distintas misiones: a veces sirve como detonante de los recuerdos del protagonista, a veces completa las imágenes, otras las acompaña con virtuosismo. La música es un elemento fundamental de la trama, asociándose a personajes y momentos y generando estados de ánimo en los espectadores.
Paulo exprime también las localizaciones consiguiendo que su belleza quede reflejada en la pantalla pero también haciendo a los personajes pequeños ante la naturaleza desatada. Es fácil empatizar con esa fragilidad tan humana, al igual que con los dramas que de alguna manera arrastran cada uno de los personajes que pueblan esta fábula sobre las segundas oportunidades.
VALORACIÓN:
Si te adentras en Tremor no vas a poder escapar hasta el final: la serie está tejida para ser muy adictiva y encadenar muchos giros de guión que hacen que sea imposible apartar la mirada de la pantalla. Fantásticos valores de producción, un misterio bien dosificado y un reparto inspirado son sus puntos fuertes.
LO MEJOR:
El retorcido misterio, la exquisita banda sonora, las localizaciones y la calidad de las interpretaciones: Javier Rey está especialmente entregado.
LO PEOR:
Los episodios son muy largos (algunos alcanzan los 80 minutos de duración) y en algunas ocasiones es muy repetitiva.
Hobby
80
Muy bueno